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Un corazón que ve

15/9/2022

2 Comentarios

 
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​La Santísima Virgen María es conocida por muchos títulos y representada de varias maneras. La fiesta de hoy, Memoria de Nuestra Señora de los Dolores, nos ofrece una imagen de una mujer llena de dolor, una madre afligida. Este título nos recuerda todo lo que ella sufrió. De hecho, la Iglesia contempla siete dolores de la Virgen, que el Papa Francisco describió en una homilía en abril de 2020:
​“El primero, sólo 40 días después del nacimiento de Jesús, la profecía de Simeón que habla de una espada que traspasará su corazón (cf. Lc 2,35). El segundo dolor se refiere a la huida a Egipto para salvar la vida de su hijo (cf. Mt 2,13-23). El tercer dolor, esos tres días de angustia cuando el niño se quedó en el templo (cf. Lc 2,41-50). El cuarto dolor, cuando Nuestra Señora se encuentra con Jesús en el camino al Calvario (cf. Jn 19,25). El quinto dolor de Nuestra Señora es la muerte de Jesús, ver al Hijo allí, crucificado, desnudo, muriendo. El sexto dolor, el descenso de Jesús de la cruz, muerto, y lo toma en sus manos como lo había tomado en sus manos más de treinta años antes en Belén. El séptimo dolor es el entierro de Jesús. Y así, la piedad cristiana sigue este camino de Nuestra Señora que acompaña a Jesús.”
El beato Basilio Moreau, quien fundó la Congregación de Santa Cruz y nombró a Nuestra Señora de los Dolores como patrona de la Congregación al, dijo de ella: “¡Es (en sus penas) que veremos hasta qué punto nos ha amado! Ella estaba al pie de la cruz, entre los verdugos y soldados, tan cerca de su Hijo moribundo que ningún detalle de su muerte podía escapar de ella. ‘Allí, junto a la cruz de Jesús, estaba María, su Madre’ (Jn 19, 25). ¿Qué hizo ella en esta circunstancia, tan dolorosa para su corazón, siendo ministra ante el altar en el que se llevó a cabo el sacrificio de nuestra redención?”
 
Aunque debe haber sido insoportable contemplar el abuso y el brutal asesinato de su Hijo, María no apartó su mirada. Ella permaneció lo más cerca posible de su Hijo y participó en el sacrificio de Cristo.
 
Cuando me encuentro frente al dolor, ya sea el mío o el de los demás, lo único que quiero es apartar la mirada, vivir en negación o dejarme distraer por cualquier otra cosa. Enfrentar el duelo o la injusticia, abrazar la cruz es realmente difícil, “Pero si evitamos la cruz, se desvanecerá nuestra esperanza. Es en la fidelidad que una vez prometimos, donde encontraremos asegurados tanto el morir como el resucitar” (Constituciones de la Congregación de Santa Cruz, 8:121).
 
La vida cristiana nos llama no a apartar la mirada, sino a tener “un «corazón que ve». Este corazón ve dónde se necesita amor y actúa en consecuencia” (Deus Caritas Est, 30). Dejarnos conmover por el sufrimiento, actuar y confiar en que el sufrimiento puede y será transfigurado por la gracia de Dios no es debilidad. De hecho, como describió el Papa Francisco en su mensaje de Cuaresma para 2015, “Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas.” Cuando nos acercamos lo más que se pueda a Cristo y permitimos que nuestros corazones vean como lo hizo María, encontramos nuevas fuerzas. En el corazón de la Virgen Dolorosa atravesado por una espada, encontramos consuelo, refugio y ternura. Encontramos una madre que realmente conoce lo que sentimos, que nos acaricia y toca nuestras heridas con cariño, tal como abrazó el cuerpo destrozado de su Hijo.
 
Que nuestras lágrimas se mezclen con las de María como una digna ofrenda de amor. Que cultivemos, como María, un corazón que ve, un corazón firme y misericordioso, atento y generoso, y que lleva bien el dolor y las penas “con fuerza, con llanto” (Papa Francisco, homilía, abril de 2020).
 
Que hagamos nuestras las palabras de la secuencia de hoy (también conocida como el Stabat Mater y utilizada con frecuencia en la recitación del Vía Crucis):
¡Oh dulce fuente de amor!,
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.
Fátima Monterrubio Cruess es la Coordinadora de Recursos del Centro del Apostolado Católico. En este rol, ayuda en la creación y uso del contenido y los recursos del Centro tanto en inglés como en español
2 Comentarios
Alberto Ramón Althaus link
10/12/2022 07:24:15 am

Los “errores” en la renuncia de Benedicto. Conclusión final.
Señalamos los supuestos errores más importantes:
Primero la palabra “renuntiare” que significa renunciar a la voluntad de actuar, no utilizó la palabra “resign” que implica la renuncia al cargo y a todos los derechos, en latín “resign” tiene el significado de anular todo, además de renunciar e implicaría (si la hubiere aplicado Be-nedicto) una renuncia a los poderes investidos en el oficio de San Pedro.
Segundo como dijimos la palabra “renuntiare” significa renunciar a la voluntad de actuar y no al cargo y a todos los derechos y está en el mismo orden de este segundo supuesto error que es el uso de la palabra “Ministerium” utilizó la palabra “ministerio”.
En latín hay dos palabras una “Munus” y la otra “Ministerium”, el oficio papal no es un servi-cio (Ministerium), o sea, el ejercicio del gobierno sino un “Munus” o una función espiritual de apacentar, pastorear, guiar en la vida espiritual a la Iglesia.
Es evidente que para renunciar al papado es necesario renunciar al Munus pues surge del de-recho canónico esta condición: “Si contingat ut Romanus Pontifex muneri suo renuntiet, ad validitatem requiritur ut renuntiatio libere fiat et rite manifestetur, non vero ut a quopiam ac-ceptetur».CDC 1983, C. 332 §2
Esta es una argumentación importante para señalar que Benedicto sigue siendo papa no sólo porque es la exigencia o condición para una renuncia válida al papado. “La primera condición o requisito para que una renuncia papal sea válida es que el Romano Pontífice renuncie a su munus (muneri suo renuntiet).” https://veritaspirit.wordpress.com/2020/02/10/benedicto-xvi-sigue-reteniendo-el-munus/ y por su conexión con la anterior palabra “renuntiare” en vez de “resign” nos muestra una deseo de conservar el papado.
De la selección de estas dos palabras “renuntiare” en vez de “resign” y de la palabra “ministe-rio” en vez de “munus” surge claro el sentido de un intento de renuncia al gobierno conser-vando la investidura de papa.
De allí que monseñor Gänswein, el secretario de Benedicto, haya planteado después la teoría de los dos papas uno contemplativo conservando el munus y otro activo conservando el mi-nisterium.
Eso es imposible porque en ese caso la sede está impedida como sostiene Andrea Cianci como cuando muere un papa y porque la condición del papado la determina el munus según el dere-cho canónico.
El segundo requisito para que la renuncia al munus petrino sea válida es que debe ser libre y debidamente manifestada según el derecho canónigo CDC 1983, C. 332 §2 vemos que no fue manifestada debidamente la voluntad de renunciar al munus petrino esto también está relacio-nado con el “error” que se menciona a continuación.
“Si la renuncia no tiene en cuenta el munus, entonces no cumple la condición de una renuncia según el derecho y, por lo tanto, no se trata de una renuncia papal, sino de un retiro de un ministerio activo.” Ver https://veritaspirit.wordpress.com/2020/02/10/benedicto-xvi-sigue-reteniendo-el-munus/
Esto es importante porque en contra de lo afirmado por Andrea Cianci y por muchos la co-rrecta interpretación de lo anterior es que se trata de un retiro del ministerio activo y no de una renuncia al gobierno. Se trata hasta ahora de una suspensión en el ejercicio del gobierno del papado y no del papado.
Tercero: el tercer “error” en la renuncia de Benedicto está dado por la palabra “commissum” que significa comprometerse, “commissum renuntiare” es comprometerse a renunciar (hay un significado si se le saca las comillas y otro con las comillas que deriva de la intención de que en el texto en su traducción por Internet aparezca como que Benedicto renunció).
En un principio aparecía la palabra “commissum” puede verse que es la versión correcta según el video https://www.youtube.com/watch?v=6yKL4j1z-PU en donde se oía claro el commissum renuntiare.
Luego fue sustituida la palabra “commissum” por la palabra “commisso” que significa “comi-sión” como puede verse en distintos sitios y aparecía el siguiente texto “Quapropter bene conscius ponderis huius actus plena libertate declaro me ministerio Episcopi Romae, Succes-soris Sancti Petri, mihi per manus Cardinalium die 19 aprilis MMV commisso renuntiare ita ut a die 28 februarii MMXIII, hora 20, sedes Rom

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Celeste
15/12/2022 08:06:01 pm

Mi San Expedito, ayúdame a superar estas horas difíciles, protégeme de todos los que puedan perjudicarme, protege a mi familia, atiende mi pedido con urgencia. Devuélveme la Paz y la tranquilidad.


¡Mi San Expedito! Estaré agradecido por el resto de mi vida y propagaré tu nombre a todos los que tienen Fe.



E.B.A.

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