El 20 de enero de 1963, poco más de un mes después de la clausura de la primera sesión del Concilio Vaticano II, las filas de asientos escalonados a ambos lados del pasillo principal de la Basílica de San Pedro, destinados a albergar a más de 2000 Padres del Concilio, se llenaron nuevamente. Los fieles acudieron ese día para la canonización de una persona, Vicente Pallotti (21 de abril de 1795 a 22 de enero de 1850), sacerdote de Roma y fundador de la Unión del Apostolado Católico. El beato Juan XXIII, quien lo canonizó ese día, llamó a Pallotti "un innovador de nuevas formas en que la gente podría llegar a conocer y amar a Dios". Para Pallotti, este fue el camino de un apóstol, uno que es enviado en misión, impulsado por el amor de cristo como explicó el Beato Juan XXIII, "el apóstol no alimenta sus preocupaciones personales, ni busca su propia gloria, sino que trabaja por una recompensa lejana y eterna, feliz de complacer solo a Dios y de llevar almas, posiblemente todas las almas a su amor misericordioso".
La Roma de la época de Pallotti no era un lugar de paz y tranquilidad. Su vida estuvo marcada por la revolución y fue testigo tres veces durante la ausencia forzada de un papa. Experimentó ver a los católicos rechazando su fe y, por lo tanto, vio la gran necesidad de "revivir la fe y reavivar la caridad" entre los católicos y también atender las crecientes necesidades de la Iglesia en las misiones. El 9 de enero de 1835, se inspiró para fundar la Unión del Apostolado Católico como una respuesta a estas necesidades de la Iglesia. Pallotti llamó a la Unión una "trompeta evangélica, invocando a todos, invitando a todos, reavivando el celo y la caridad en todos los fieles de cada estado, situación y condición" que "cooperaría efectivamente en todas las empresas evangélicas, y en el crecimiento, la defensa y la propagación de la caridad y de la fe católica” (OO CC I, 4-5). Su Eminencia, el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, resumió los elementos y el efecto de esta inspiración en una reciente carta a la familia Palotina:
“La fe viva y la caridad activa fueron los dos pilares sobre los cuales San Vicente Pallotti descansó firmemente toda su vida luminosa y generosa labor, dos fuerzas internas que estimularon y apoyaron las muchas iniciativas apostólicas que llenaron su vida. "Caritas Christi urget nos" (2 Corintios 5,14) fue su lema, que también motivó a sus seguidores. El fruto maduro de su celo fue la base de la Unión de Apostolado Católico, que incluso en ese momento, valoró la colaboración de todas las categorías de los fieles de la Iglesia (laicos, sacerdotes y religiosos) que vivificaron la fe de cada uno para convertirse en un ¡Apóstol auténtico, portando el fuego del amor de Dios!
En nuestro tiempo todavía hay una necesidad urgente de revivir la fe, reavivar la caridad y llamar a todos los bautizados a vivir como apóstoles. Al igual que en los tiempos de Pallotti, hoy en día, la fe está siendo rechazada, no por la revolución, sino por la indiferencia, la falta de compromiso, el desinterés. El trabajo de la Nueva Evangelización, articulado por el Beato Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI y recientemente reflexionado en el Sínodo sobre la Nueva Evangelización, enfatiza la conexión intrínseca entre la fe y la caridad para la auténtica vida cristiana, una profundización por los católicos de su compromiso bautismal a través de la evangelización activa de sí mismo y de los demás, y apoyo a los esfuerzos misioneros de la Iglesia en todo el mundo. Estas prioridades de la Nueva Evangelización fueron también las prioridades de San Vicente Pallotti. Son las prioridades de la Unión del Apostolado Católico de hoy. Según el p. Jacob Nampudakam, SAC, Rector General de la Sociedad del Apostolado Católico y Asistente Eclesiástico de la Unión del Apostolado Católico, "la respuesta palotina al desafío de la Nueva Evangelización es, por lo tanto, revivir la fe y reavivar la caridad como apóstoles de Jesús en ¡Un mundo cambiante, hundiendo las raíces en una pasión, la pasión de San Vicente Pallotti por Cristo!
Esta pasión por Cristo en el espíritu de San Vicente Pallotti se manifiesta para el siglo XXI en la respuesta de la Unión del Apostolado Católico a las necesidades de la Nueva Evangelización. La Unión "promueve la colaboración entre todos los fieles en la apertura a nuevas formas de evangelización" (Estatutos Generales, n. 12). El Centro del Apostolado Católico en los Estados Unidos de América es una de esas respuestas. El Centro está colaborando con varias entidades de la Iglesia a nivel internacional, nacional, diocesano y local para proporcionar programas de formación en persona y en línea para la Nueva Evangelización y ayuda a fomentar una colaboración más profunda y una mayor responsabilidad entre todos los bautizados.
En este año jubilar del 50 aniversario de la canonización de San Vicente Pallotti, la Unión de Apostolado Católico persigue activamente lo que el Beato Juan Pablo II lo llamó a hacer hace más de veinticinco años,
“Continúe multiplicando sus esfuerzos para que lo que proféticamente fue anunciado por Vicente Pallotti, y el Concilio Vaticano II confirmado con autoridad, puede convertirse en una feliz realidad, que todos los cristianos son auténticos apóstoles de Cristo en la Iglesia y en el mundo".
P. Frank S. Donio, S.A.C., D. Min, Director del Ce ntro del Apostolado Católico escribió esta sección para la edición en inglés del 23 de enero de © L'Osservatore Romano, 2013