En un viaje reciente que tuve la mañana del lunes, mientras rezaba la Oración matutina, me encontré con esta lectura de Isaías 55,6.8-9 :
Busca al SEÑOR mientras se deja encontrar,
Llamadle mientras está cercano.
Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos, son mi caminos oráculo de Yahvé.
Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra,
así aventajan mis caminos a los vuestros,
y mis pensamientos a los vuestros.
Miré por la ventana con una vista desde 35,000 pies y vi una superficie de llanuras que rodeaban pequeñas ciudades del medio oeste que se van transformando en suburbios y ciudades. En cada lugar, habían miles de personas viviendo su día como de costumbre, sin darse cuenta de la parte que juegan en este panorma que yo estaba observando. "Porque como los cielos son más altos que la tierra, así son mis caminos más altos que tus caminos." Hice una pausa y pensé en cómo la visión de Dios sobre nuestras vidas debe parecerse a esto. Nosotros, al igual que las personas que yo veía, hacemos nuestro día ignorando la parte que jugamos en el panorama más amplio que él ve.
Continuamente me doy cuenta que dejo que las tensiones se conviertan en mi único enfoque del día: una auditoría difícil, un vuelo cancelado, mantener relaciones con amigos y familiares mientras viajo, etc. Si bien estas tensiones diarias requieren nuestra atención, en la visión completa de nuestras vidas son pequeñas señales que nos alertan de que no podemos permitir que nos distraigan de buscar al Señor. En definitiva, es nuestra búsqueda continua de Dios lo que nos empuja a través de nuestros desafíos diarios, grandes o pequeños, confiar en el conocimiento de que Él tiene la visión de nuestras vidas desde 35,000 pies y que nunca nos fallará.
Preguntas para la reflexión: ¿Hay alguna instancia o momento en su vida en que las cosas no fueron según su plan? ¿La forma en que Dios ha hecho las cosas en su vida ha demostrado ser más fructífera o beneficiosa de lo que hubiera podido ser?
David Burkey es colaborador del Centro de Apostolado Católico y trabaja como contable en el área de Washington D.C.
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